Este ha sido un mes de mucha introspección. No me lo esperaba.
O tal vez si, porque en el mes de mi cumpleaños siempre me pongo más reflexivo de lo habitual.
La mitad del año siempre es un buen momento para detenerse a observar cómo marcha todo:
Nuestras relaciones
El negocio
La salud (física y mental)
Los proyectos
Es importante detenerse porque la vorágine del día a día te arrastra y estando adentro es complicado entender si lo que estamos haciendo está yendo en la dirección hacia donde queremos llegar o no.
Por eso, hoy te voy a compartir un poco de lo que aprendí durante esta pausa.
Cuando empezamos un nuevo negocio o proyecto es muy común perderse en la comparativa y análisis profundo de lo que están haciendo otras personas o empresas allá afuera.
Hacer este ejercicio es positivo en cierto punto porque nos permite crear una radiografía de qué está sucediendo en la aldea digital y qué podemos tomar como inspiración o referencia para lo que estamos a punto de construir.
Pero algo que estoy notando cada vez con más frecuencia y preocupación es la cantidad de personas haciendo y diciendo exactamente lo mismo que todos.
Como si todas aplicaran el mismo manual de uso, el mismo discurso y el mismo guión de ventas con tal de hacer dinero.
Y esto es un grave problema, ¿por qué te lo digo?
Porque compromete la credibilidad de tu negocio y marca personal a largo plazo.
Un negocio que depende constantemente de las tendencias para destacar es un negocio que carece de personalidad, credibilidad y diferenciación.
Una persona que depende constantemente de las tendencias es propensa a abandonar temprano el juego por cansancio, frustración o ambas.
¿La solución?
Apalancarse siempre a los fundamentos.
En una entrevista que le hicieron, Jeff Bezos nos dejó uno de los principios más inmortales sobre los negocios y la estrategia:
“Muy a menudo me hacen la pregunta: "¿Qué va a cambiar en los próximos 10 años?" Esa es una pregunta muy interesante.
Pero casi nunca me hacen la pregunta: "¿Qué no va a cambiar en los próximos 10 años?"
[…]
Es imposible imaginar un futuro dentro de 10 años en el que un cliente venga y diga: "Jeff, amo Amazon, solo desearía que los precios fueran un poco más altos". O, "Amo Amazon, solo desearía que entregaran un poco más lento". Imposible.
Apalancarse a los fundamentos es ir más allá de la superficie.
Ir más allá de la superficie te permite crear un negocio sólido, próspero y con identidad propia.
Y tanto en la vida como en los negocios, existe un fundamento igual de eterno que el principio que te compartí arriba:
Ser auténtico a vos.
La razón por la que decidiste emprender y convertirte en un creador es porque querés impactar en grande en la vida de otras personas, diseñar una vida basada en tus propias reglas y mejorarte a vos mismo en cada desafío. No para satisfacer a un algoritmo o atraer a una tribu que no es la tuya.
No hay nada más magnético y poderoso que un negocio apalancado a una marca personal auténtica.
Porque cuando somos auténticos atraemos a las personas correctas y alejamos a aquellas que no conectan con nuestros valores, intereses y sentido de crecimiento.
Y esa autenticidad no solo te eleva como persona, sino que termina siendo el principal diferenciador de tu negocio en la aldea digital.
Existen cientos de programas de negocios como el que lancé este año, pero ninguno es igual que el mio porque nadie hizo mi recorrido y porque nadie tiene, en las mismas proporciones, el sentido estético, propósito y sensibilidad que poseo.
Eso es ser diferente. Y lo diferente destaca.
Los negocios y las redes sociales no son una mierda, ni vos sos un fracasado. El problema es que estás intentando llegar y complacer a las personas incorrectas.
Cuando tu atención está puesta en el largo plazo…
La cantidad de seguidores no importa
Los cambios en el algoritmo de Instagram no importan
Volverse viral o subirse al último “truquito” de persuasión no importa
Lo único que importa es crear algo que aporte una transformación significativa a alguien que valoras y que sepas cómo llegar a ella de la forma más genuina e inteligente posible.
Las personas le compran a personas y no hay mayor señal de autoridad que una persona auténtica y coherente con su misión y valores.
¿La clave para volverte absurdamente auténtico?
Quizás hay miles, pero te voy a compartir la que a mi me funciona:
Experimentar y sentir.
Probar cosas y subir el volumen de tu radio para escuchar lo que recibe la antena.
El peor error que podes cometer es no ser coherente a tus formas y estilo o sostener algo que no es auténtico a vos solo porque alguien te dijo que funciona.
Comenzá a darte el permiso de ser más vos:
Con tu negocio
Con tu mensaje
Con tu marca personal
Porque nadie, absolutamente nadie, tiene eso que viniste a materializar al mundo.
Confiá en tu autenticidad. Porque te aseguro que cuanto más pronto lo hagas, mayor autoridad e impacto tendrás en tu nicho.
Y hablando de autenticidad, quiero contarte algo personal:
Hace varios meses que siento la necesidad de comenzar a crear una tribu más alineada a los temas que hoy me interesan y a mi propósito de ayudar a miles de personas a impactar en grande haciendo aquello que más aman.
Esa necesidad por crear una comunidad más genuina con quien soy hoy me está llevando a tomar decisiones radicales. Decisiones que mi ego no quiere tomar pero que siento que es lo correcto para mi presente y futuro.
¿Por qué te cuento todo esto?
Porque acabo de crearme una cuenta en Instagram donde comenzaré a compartir más contenido sobre:
Mentalidad
Negocios digitales
Y marca personal
Todo basado en mi propia experiencia, en mi historia y en lo que siento que puede sumarte valor.
Llegan momentos en la vida en donde los títulos nos quedan chiquitos y hace rato que una voz adentro mío me pide soltarle la mano a ese Agustín que solo está para ayudar a otros diseñadores a lograr lo que se proponen. Es hora de expandirse.
El lunes 29 estaré inaugurando la nueva cuenta con un reto imperdible. Por eso, si todo lo que te conté arriba te resuena me haría mucha ilusión que empieces a seguirme.
Confío, hoy más que nunca, que llegarán las personas correctas.
Abrazo virtual,
A