Hola, ¿cómo estás?
Antes de darle rienda suelta a este correo, me gustaría compartirte algunas novedades:
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Estoy trabajando en contenido fresco y de valor como el que recibís en este correo para comenzar a compartir en mi cuenta de Linkedin y Twitter. Me gustaría mucho que me sigas e invites a otras personas a que también lo hagan.
Ahora si. Comencemos.
Me cuesta mucho admirar a la gente.
Siento que al hacerlo le estoy dando una posición de superioridad o inaccesibilidad que no hace más que hacerme conectar con mis defectos y verme como alguien pequeño.
Yo soy más de apreciar y valorar los talentos de las personas. Me inspira mucho ver gente que brilla como si no existiera el día, y cuando estoy frente a esas personas suelo observarme por dentro para identificar qué pensamientos o ideas me impiden brillar de la misma manera. Algunas están bajo mi control y otras no.
Como me cuesta tanto admirar a la gente, aquellas que termino admirando son porque me resulta imposible considerarlas personas. Están en otro plano. Respiran otro aire.
Una de ellas es Rick Rubin.
Desconozco si esto lo dije en otro momento; no me extrañaría que si. Pero Rick Rubin es para mi la personificación perfecta de mi utopía, el horizonte máximo que una parte mía aspira llegar como persona y profesional.
Durante toda su carrera como productor musical, el tipo trabajó con músicos y bandas que influenciaron tanto mi vida que me cuesta imaginar un yo sin ellas: Red Hot Chili Peppers, System of a Down, AC/DC, Audioslave, Jay-Z. Podría seguir con el repertorio y todavía me quedaría corto.
Pero admirar a alguien por su historial de éxitos sería, desde mi perspectiva, demasiado vago. No es precisamente por eso que admiro tanto a Rick Rubin.
Para serte honesto, lo que más admiración me genera de él es la relación y el respeto que le tiene a su intuición. Este fragmento tomado de una entrevista que le hicieron describe con claridad lo que quiero decir.
Rick Rubin apenas puede tocar un instrumento. No tiene conocimientos técnicos de sonido y reconoce que no sabe absolutamente nada de música.
Muchos fundamentalistas del manual y la técnica lo odian por eso. Yo me pregunto si hubiese sido capaz de ayudar a llevar todos esos álbumes que produjo a la máxima esfera del estrellato si hubiese sido un resultado más de la cadena de montaje de la academia. Estoy convencido que no.
Que Rick Rubin diga que no sabe nada de música con semejante historial de producciones puede resultar irónico y hasta soberbio de su parte. Pero si vamos un poco más a fondo y leemos entre líneas, podremos identificar que esa actitud hacia la vida y particularmente hacia su trabajo, más que ser un impedimento, lo libera.
Esta libertad de la que el productor se permite gozar yo la llamo vivir en estado “amateur”.
Si vamos al diccionario, la palabra amateur hace referencia a un aficionado que practica sin ser un profesional en lo que hace.
A todos nos aterroriza, en mayor o menor medida, que nos vean como un aficionado en algo, que en realidad, nos tomamos muy en serio. Lo que en el fondo queremos es ser vistos como personas importantes, referentes y exitosas en lo que hacemos. ¿No es así?
Pero de hecho, hoy creo que es el amateur, con su actitud de hacer y aprender por el simple hecho de conectar con el disfrute, quien está en ventaja y muy por encima de lo que entendemos como “profesionales”.
La razón principal es porque, básicamente, no tienen nada que perder. Y como no tienen nada que perder se arriesgan, experimentan y siguen sus impulsos sin juzgarlos. Como no les interesa quedar como los expertos de la sala, terminan siendo quienes descubren cosas que antes no existían.
“En la mente del principiante existen muchas posibilidades. En la mente del experto, solo algunas” – Shunryu Suzuki
Otro que nada sabe de música es Thom Yorke, vocalista y compositor principal de Radiohead. Cuando le preguntaron a Thom cuál cree que es su mayor fortaleza, él respondió enfáticamente “Que no sé lo que estoy haciendo”. Cuando siente que sus canciones se están poniendo muy holgadas o suenan obsoletas, corre a buscar un instrumento que desconoce y prueba componer algo con eso.
Vivir en estado amateur te ubica en un lugar de completa liberación con las expectativas ajenas. Como no tenés que demostrarle nada a nadie, cualquier contribución que hagas será mejor que no hacer ninguna. ¿Cuántas personas que se perciben expertos dejan de contribuir por miedo a lo que pensará el resto? Ese es el punto.
Lo más curioso es que el mundo está avanzando tan pero tan rápido que por más que te quieran convencer de lo contrario, la realidad es que son contadas con las manos las personas que realmente son expertas en algo.
Cualquier otra persona, sea cual sea su disciplina, es un amateur. Por eso, aquellos que sean capaces de mantener un espíritu amateur y permitirse navegar sobre la incertidumbre de lo desconocido serán quienes podrán prosperar y crecer con más velocidad.
De hecho, la experiencia me demostró lo que tantas personas que me inspiran recomiendan y sostienen: la mejor manera de comprometerse con algo es compartiendo el recorrido con el mundo en vez de esperar a tener el trabajo listo y pulido para publicarlo.
El punto al que quiero llegar con esto es que no hay nada más esclavizante y autodestructivo que andar por la vida creyendo tener la verdad absoluta de algo.
Es esclavizante porque te obliga a ignorar cualquier idea, perspectiva o ángulo que atente contra tu posición. Es autodestructiva porque te impide exponerte a personas y entornos de aprendizajes que te ayuden a crear una visión expansiva del mundo.
La experiencia debe servirnos para darle fuerza a nuestra intuición, pero nunca para limitar nuestras posibilidades, ni mucho menos impedirnos explorar nuevos caminos. Por eso es tan necesario ver a los proyectos como una hoja en blanco y, sobretodo, permitirse soltar el miedo a soltar las formas.
La próxima vez que la curiosidad o el interés por emprender un nuevo proyecto toquen tu puerta, recordá que no hay nada mejor que ser un eterno amateur. Un amante del hacer por el disfrute y un desconocido ambulante para los auto-denominados expertos.
No te llenes de preocupaciones sobre cómo vas a hacer dinero con lo que hagas o de qué manera vas a construir una carrera con eso. Respuestas tan específicas como estas no llegan reflexionando, al contrario, se revelan en el camino.
Entendemos una ínfima parte de este complejo y maravilloso mundo. La única manera de navegarlo con libertad es erradicando la falsa creencia de que las certezas existen.
Que tengas buen jueves 👋