Lecciones de ver la vida como un videojuego
Cuando comprendes sus reglas la victoria es inevitable.
Recuerdo que cuando era adolescente me fascinaban los videojuegos. Tenía una obsesión muy grande por llegar a casa solo para almorzar lo más rápido posible y salir corriendo a mi habitación para prender la computadora y perderme por horas en una partida.
De todos los juegos populares de esa época, los que más me gustaban eran los multi jugador de fantasía. Me parecía increíble la idea de poder elegir un personaje con habilidades propias antes de ingresar a su universo, y luego crear alianzas con otros personajes para ganar batallas y obtener herramientas para alcanzar grandes objetivos.
Con los años me fui alejando de los videojuegos y si bien cada tanto disfruto de prender la consola para distenderme un poco, hoy me resulta imposible destinarle horas de mi semana a una partida o historia.
Pero de grande, una de las revelaciones más importantes que tuve fue en el momento en que entendí que la vida y sus dinámicas se asemejan bastante a las de un videojuego de rol.
Posiblemente hayas escuchado esta idea en algún momento y sino alguna señal se te pudo despertar cuando viste Matrix por primera vez. Pero cuando observo mi alrededor, me doy cuenta que solo un pequeño grupo de personas son conscientes de esto y en consecuencia la gran mayoría transita la vida siendo presa de un juego que no eligieron y del que desconocen sus reglas. Básicamente, viven por casualidad y no por diseño.
Hoy me gustaría profundizar más sobre este tema y contarte por qué es tan importante ver el mundo como un videojuego.
Lo primero que necesitamos saber es que en la vida existen una infinidad de videojuegos con sus propias reglas y dinámicas. Sin embargo, la gran mayoría de las personas transita su existencia creyendo que solo hay uno: el que la sociedad y su contexto les asignó. En consecuencia, terminan siendo prisioneros de un mundo que no los identifica y que no les aporta nada.
En realidad, creo que el mundo se asemeja más a una tienda videojuegos en donde podemos elegir el que más se adapte a nuestros intereses. Cuanto más a fondo nos metemos en alguna historia, mayor claridad tenemos para evaluar si efectivamente ese juego es o no para nosotros.
Reglas, recompensas y objetivos
Al igual que los videojuegos, la vida posee dinámicas con su propio sistema de reglas, recompensas y objetivos para alcanzar un resultado concreto. Este sistema no podemos alterarlo, pero si es posible comprenderlo. Cuando somos conscientes de eso y soltamos la necesidad de controlarlo, estamos en excelentes condiciones para desarrollar las herramientas y estrategias necesarias para triunfar.
La mayoría de las personas descuida este punto y en consecuencia deambula por el videojuego sin poder avanzar ni subir de nivel. Esto no sucede por incapacidad o falta de potencial del jugador, sino porque ignora las dinámicas que el mismo juego propone para recompensar a quienes las aplican exitosamente y en consecuencia toma decisiones aleatorias que no lo llevan a ningún resultado.
Un ejemplo muy claro para explicar esto son las redes sociales.
Cada red social tiene sus reglas y cada una recompensa diferentes acciones y tipos de contenido. Una persona que quiera tener éxito en Instagram debe adaptarse a sus reglas e incorporar una estrategia y comportamientos completamente diferentes al que desea crecer en LinkedIn.
Y lo mismo sucede con los negocios.
Cada tipo de negocio tiene sus propias reglas y dinámicas. La persona que crea un negocio exitoso es aquella que fue capaz de desarrollar las habilidades necesarias para superar desafíos y ejecutó sus ideas de tal manera que el juego los recompensó permitiéndole pasar al siguiente nivel.
Por eso es tan importante observar y estar cerca de las personas que están jugando el mismo juego que vos y se encuentran solo unos pasos más adelante que el tuyo. No tiene sentido replicar lo que alguien de otra industria está haciendo ni mucho menos lo que está implementando alguien que está 10 niveles por encima tuyo, simplemente porque lo que haga no te servirá para superar los desafíos que hoy estás teniendo.
Esto mismo me sucedió cuando tomé la decisión de ir a fondo con mi negocio de diseño. Me pasé meses leyendo libros y cursos de CEOs de empresas gigantes y negocios que nada tenían que ver con el mio y en consecuencia no veía ningún resultado. Pero cuando comencé a formarme con las personas que habían tenido el éxito que yo estaba buscando y abandoné los consejos de mentores generalistas para escuchar a los de mi industria, logré multiplicar x10 la facturación de mi negocio en solo un año.
Cómo encontrar tu juego
Entonces, si la vida tiene infinitos juegos, necesitarás encontrar aquel que mejor se adapte a vos y a tus intereses. Veamos cómo hacerlo.
El primer paso consiste en crear una primera versión de tu visión propia. Básicamente significa desarrollar una imagen de dónde y cómo te gustaría verte en un futuro relativamente cercano.
Las visualizaciones son muy poderosas porque le atribuyen dirección e intención a tus acciones. Como dice el famoso dicho: El que no sabe a donde va, cualquier camino lo lleva.
Algunas preguntas que me ayudaron a ganar claridad en esto fueron las siguientes:
¿Qué haría si el dinero hoy no fuese un problema?
¿Qué cosas son importantes en mi día a día?
¿Cómo definiría un día ideal en mi vida?
¿Qué experiencias me gustaría vivir?
¿En qué espacios me gustaría rodearme?
El siguiente paso es creando una lista de objetivos que te gustaría alcanzar en los próximos 10 años, en el próximo año y en el próximo mes.
El propósito de este ejercicio es que puedas comenzar a tener una visión de los resultados concretos que necesitarás alcanzar para estar más cerca de tu visión futura y en consecuencia definir las acciones que deberás realizar en el presente para obtener ese resultado.
Pero hay dos cosas que me parece fundamental que sepas:
Nada de esto es definitivo y por lo tanto está muy bien que cambies de opinión en el tiempo. Cuantas más señales recibas por tus acciones, mayor claridad obtendrás para ajustar tu visión. Comenzá con algo y fijate cómo te sentís.
La mejor manera de hacer este ejercicio de introspección es con papel y lápiz en mano. La razón de esto es porque el cerebro tiende a apalancar mejor las ideas cuando se escriben a mano que cuando se hace por computadora. Además, es una excelente oportunidad para desconectarte de cualquier distracción que te quite la inspiración.
Cuando ya lograste bajar tus objetivos a largo, mediano y corto plazo, el siguiente paso es asignarte un momento de la semana para reflexionar sobre tu progreso y ajustar la dirección de tus decisiones en base a las señales que vayas recibiendo.
Muchas personas ignoran este paso y en consecuencia se estancan en los mismos métodos que definieron al comienzo sin ver ningún progreso en el camino. Es muy importante que permanezcas flexible para adaptar tus prioridades en base a lo que te esté funcionando y descartar todo lo que no te esté aportando resultados.
La importancia de entender el marco
Y como mencioné antes, es imposible ganar un juego sin comprender sus reglas y el marco en el que se desenvuelven los personajes y sus dinámicas.
Considera al marco como el lente de una cámara de fotos. Dependiendo del lente que uses, la perspectiva y amplitud que tengas del campo va a ser distinta.
En la mayoría de los casos, el marco del juego posee características muy diferentes al que poseías cuando empezaste el juego y en consecuencia necesitarás calibrarlo para poder ver con mayor amplitud y claridad.
Ese lente que poseemos está compuesto por nuestras creencias, nuestras ideas alrededor de un tema y los juicios que emitimos tanto afuera como a nosotros mismos. Para ganar, necesitarás eliminar todo aquello que te impida desenvolverte en el marco que propone juego.
Otra condición importante para ganar cualquier juego es aceptar sus reglas y fundamentos. La mayoría de la gente termina haciendo lo opuesto y en consecuencia se pierde buscando atajos para ganar aplicando el menor esfuerzo.
Es verdad que existen los atajos:
En un videojuego, consiste en apretar una serie de teclas o comandos.
En un juego de mesa, el atajo se presenta aplicando creatividad, estrategia y anticipándose a los movimientos del oponente.
En los deportes, influyen las condiciones del cuerpo y el entrenamiento que recibas para una competencia.
Pero solo las personas que lograron dominar las reglas con tiempo y esfuerzo son las que están en buenas condiciones de aplicarlos, básicamente porque entendieron sus reglas y saben cómo romperlas. Por eso es una pérdida de tiempo obsesionarse con los atajos al principio para intentar saltear etapas.
Pongamos como ejemplo al clásico Super Mario Bros.
El juego llegó a ser tan popular porque se diseñó de tal manera que cualquiera puede familiarizarse con sus reglas y mecánicas con desafíos pocos complejos y a medida que vas pasando de nivel el juego se vuelve más difícil. Pero cuanta más experiencia ganás, más inteligente son las decisiones que tomás y en consecuencia más fácil te resulta pasar de un nivel a otro.
Por eso, cuanto antes aceptes las reglas del juego y te sumerjas en sus mecánicas, más fácil te resultará pasar de un nivel a otro en comparación a alguien que pierde horas valiosas de aprendizaje por obsesionarse con encontrar atajos.
Lo mismo sucede con los negocios, el deporte y con cualquier nueva habilidad que quieras desarrollar: cuanto más tiempo inviertas en ese proyecto y más te expongas al feedback que recibas de cada acción que ejecutes, más conocimiento ganarás en menor tiempo.
Niveles de complejidad
Y ahora me gustaría preguntarte…
¿Cómo es tu experiencia cuando empezas un nuevo juego, especialmente aquellos que no tienen un manual de ayuda o zona de prueba?
Si sos como yo, posiblemente no sea para nada placentero.
Eso sucede porque nos exponemos a situaciones que van más allá de tu nivel de experiencia.
Nos enfrentamos a oponentes con habilidades más avanzadas que la nuestra y en consecuencia terminamos fulminados en cuestión de segundos.
Es precisamente acá donde cobra sentido la importancia de calibrar correctamente tu nivel de habilidad con el grado de complejidad de los desafíos que aceptes.
¿Qué quiero decir con esto?
Si tu nivel de habilidad es alto y el desafío es fácil, te vas aburrir rápido.
Y si tu nivel de habilidad es bajo y el desafío es complejo, te vas a estresar mucho.
En ambos casos, terminarás abandonando.
Al igual que en los videojuegos, necesitarás elegir correctamente las batallas que vas a pelear de manera que tu permanencia en el juego esté garantizada. Por eso, tu objetivo es encontrar el punto justo entre complejidad y habilidad para seguir aprendiendo y avanzando.
Conclusión
Recuerdo que la parte que más disfrutaba de los videojuegos que frecuentaba en mi adolescencia era al principio cuando tenía que elegir y customizar al personaje que usaría a lo largo de la historia.
Me parecía increíble tener la posibilidad de elegir un avatar con poderes y características únicas que lo ayudarían a conquistar tierras y aliarse con otros personajes que lo complementarían para ganar batallas.
Y eso exactamente lo que sucede en la vida real.
Nacemos con un cuerpo y características que nos hacen únicos e irrepetibles en el mundo.
Contamos con habilidades que otros no poseen en el mismo grado y combinación.
Y poseemos una serie de valores que nos ayudarán a sobrellevar cualquier dificultad y superar cualquier desafío que se nos ponga en el medio.
Pero esta es la parte que no te podes olvidar:
Por más que el personaje que elijas tenga todo el potencial necesario para ganar el juego, su éxito dependerá siempre de lo que haga el jugador.
Cada uno de nosotros nació con un potencial único para hacer cosas increíbles y concretar cualquier objetivo que se proponga. Pero ese potencial no te servirá de nada si no trabajas para desarrollarlo y aprovechar al máximo el poder que se te fue dado.
El éxito de tu personaje es directamente proporcional al grado de compromiso que asumas en trabajar en tus habilidades, en tu capacidad para postergar el deseo inmediato en pos de un beneficio más grande y en el tiempo que inviertas en tu crecimiento y proyectos.
Y cuando eso suceda, tu victoria será inevitable.
Una cita para reflexionar
“Debes cultivar actividades que ames. Debes descubrir algún trabajo que hagas, no por su utilidad, sino por sí mismo, ya sea que tenga éxito o no, ya sea que te elogien o no por ello, ya sea que te amen y recompensen por ello o no, ya sea que la gente lo sepa y esté agradecida por ello o no. ¿Cuántas actividades puedes contar en tu vida que realizas simplemente porque te deleitan y atrapan tu alma? Descúbrelos, cultívalos, porque son tu pasaporte a la libertad y al amor”. – Anthony de Mello
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