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Por qué tener un nicho es un pésimo consejo
Existe una mejor manera de llegar a las personas.
Cuando tomé la decisión de renunciar a mi trabajo en relación de dependencia para lanzarme como diseñador independiente, la realidad es que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.
En mi cabeza creía que ser freelance era una dinámica muy simple:
Si tengo una habilidad y experiencia demandada en el mercado, las personas que necesiten de esa habilidad me buscarán para trabajar conmigo.
No tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta de que estaba completamente equivocado, y a los pocos años comprendí que esto también aplica a cualquier tipo de negocio, sobre todo al de los servicios creativos.
Lograr que la gente me encuentre. Ese era mi objetivo y el primer problema que debía resolver.
Para eso, compré cuanto curso te imagines:
Freelancing
Posicionamiento en redes sociales
Ventas y marketing
Negocios digitales
En ese momento debo haber completado al menos 15 cursos que de haberlos hecho en cadena me hubiesen llevado más de un año y medio terminarlos.
Me encantaría decir que tuve éxito en los resultados y formulas que vendían estos programas para mi negocio, pero la realidad, lamentablemente, distaba de ser así.
Pero lo que sí pude identificar es que todos compartían algunos patrones en su mensaje. De ellos había uno que era demasiado evidente y que me llamaba la atención por sobre el resto:
Para tener éxito en mi negocio tenía que ser muy específico con el target al que apuntaba.
Básicamente necesitaba tener un nicho. Esto significa:
Identificar un mercado existente (turismo)
Dividir ese mercado en segmentos (turismo en solitario)
Seleccionar un nicho (nómades digitales)
Para alguien que no sabía como llegar a las personas que podrían querer trabajar conmigo, esta idea me venía como anillo al dedo.
Sólo necesitaba identificar una persona específica y adaptar mis habilidades a sus necesidades para poder trabajar con ellos. ¿Así de fácil?
Tener un nicho es uno de esos mantras que no parecen caducar en el mundo digital. Una especie de verdad absoluta de la que nadie se anima a desafiar y poner en tela de juicio.
Es tan común este consejo, que para cualquier persona que comienza a dar sus primeros pasos como profesional creativo no hace más que traerle confusión, miedo y ansiedad.
En consecuencia, terminan poniendo lo importante a un costado para:
Probar diferentes nichos
Adaptar su mensaje a ese nicho en vez de compartir lo que de verdad quieren decir
Perder tiempo, dinero y motivación en el camino
Si hay algo que disfruto mucho es desafiar las creencias establecidas. La mejor manera de hacerlo, descubrí, es poniendo en práctica esas creencias, analizarlas con pragmatismo y subiendo el volumen de la propia intuición.
En mi caso, la verdad llegó cuando comencé a mostrarme y compartir contenido en internet.
El mundo de los negocios cambió por completo con la llegada de las redes sociales. Sin embargo, pareciera como si algunas personas se estuviesen resistiendo a ese cambio.
Existe una enorme diferencia entre un negocio basado en la “caza de oportunidades” y uno basado en la construcción de una audiencia que se reúne para aprender de tus conocimientos y, eventualmente, convertirse en tu cliente.
A esta altura, esta diferencia no aplica exclusivamente a los negocios. También impacta en los profesionales creativos que buscan mejores oportunidades para su carrera.
Cuando comencé a mostrarme en redes sociales (al principio a través de Shiftseven y luego desde mi cuenta personal) descubrí que había un valor indirecto en lo que estaba haciendo del que no me había percatado.
Cuando antes:
Aplicaba a búsquedas de trabajo cruzando los dedos para que me contacten.
Pasaba por innumerables entrevistas y pruebas para demostrar que sabía de lo que estaba hablando.
Perdía horas de trabajo manual personalizando mi mensaje para llegar a las empresas con las que quería trabajar, rogando que alguna me responda.
De repente:
Personas de las que jamás pensé que tendría acceso comenzaron a escribirme para conocerme o colaborar con ellas.
Recibía propuestas de trabajo sin siquiera aplicar a una búsqueda.
Podía negociar mejores salarios y precios porque la gente me buscaba para trabajar conmigo, y no al revés.
Pero para mi sorpresa, lo más revelador apareció cuando comencé a observar las razones por las que me buscaban a mi en vez de al resto. Lo mismo sucedió cuando, tiempo después, analicé las cuentas que sigo en mis propias redes sociales.
Cuando se trata de construir comunidad y compartir contenido en redes sociales, la mayoría de las personas cree que debe limitarse al tema relacionado a la oferta que venden.
No se dan cuenta que:
La gente que la sigue entiende que le interesa ese tema porque por algo vende ese producto o servicio.
En sus redes sociales, estas personas siguen a diferentes cuentas que hablan sobre diferentes temas y lo hace porque son de su interés.
Que las personas siguen a personas (y no a marcas) y si hay algo que nos caracteriza como especie es nuestra complejidad y constante evolución.
¿Por qué pensar que la gente te va a seguir por un único interés cuando en lo personal tu feed está hablando de 30 cosas distintas?
El problema no es que la gente no se interesa por tus otros temas, sino que no estás sabiendo cómo hacer para que tus intereses sean interesantes para ellos.
Con el tiempo comprendí que las personas que me escribían para trabajar conmigo o compraba alguno de mis cursos no lo hacía particularmente por mi dominio avanzado en ese tema, sino porque conectaban conmigo, mis ideas y los diversos tópicos que abordo en mis contenidos.
Me gusta pensar, que al final, todo lo que nos interesa está conectado entre si. Como si cada idea fuese un “átomo” que en su conjunto deriva en “moléculas” de contenidos para crear una cadena de información en la forma artículos, videos o publicaciones en redes sociales.
Así, una idea bajo el tópico de Product Design está conectado con las ideas y eso con la creatividad y eso con el síndrome del impostor y finalmente con la autoestima.
En vez de poner la atención en hablarle a un solo nicho, creo que una manera más interesante de acercarse a las personas indicadas es compartiendo una visión del futuro que te identifica y acompañándolas a llegar hacia ella.
Esa visión de futuro requiere activar nuevas creencias y desarrollar varias habilidades que no pueden limitarse a un solo tema, ni mucho menos dirigirse a un tipo de persona con características estríctamente definidas.
Si estás comenzando tu camino en el desarrollo de autoridad por medio de contenidos y construcción de audiencia, lo que te recomiendo hacer es identificar 2-3 tópicos que estén alineados a aquello que querés para tu vida. Esa imagen es la visión de futuro a la que llevarás a tus seguidores.
Tus habilidades e intereses son la manera en la que vos, y no otra persona, llegará a ese lugar. Por ejemplo, alguien puede alcanzar la libertad creando una tienda online, mientras otra persona puede hacerlo desarrollando productos digitales o por medio de una agencia digital. El medio es propio, el destino es el mismo.
Sean cual sean los temas de los que hables, es importante que desarrolles profundidad para lograr captar la atención de tu audiencia. Las personas conectan más con las ideas y opiniones propias sobre algo antes que con un contenido educativo superficial sobre el tema.
Durante el Renacimiento italiano, nació un nuevo concepto que describía a la perfección la sociedad que habitaba durante esa época: “Polímata”.
El Polímata, u “hombre del renacimiento”, eran personas que poseían conocimientos que abarcaban diversas disciplinas. Se dice que los Polímatas tenían una visión 360 grados de las cosas porque su aprendizaje y curiosidad no se limitaban a un único campo.
Creo que hoy más que nunca el mundo necesita recuperar la figura del Polímata. Personas con intereses holísticos capaces de sintetizar la complejidad de un mundo que lejos está de ser compartimentada como nos lo quiere vender el sistema educativo dominante.
Tu trabajo es identificar los patrones que descansan entre tus intereses y la industria en la que esos intereses se desenvuelven. Luego procesarlas de tal manera que puedan ser distribuidas a través de contenidos, servicios y productos.
Explorá la realidad y construí una nueva a través de los temas que te permitan alcanzar esa visión futura que proyectas para tu vida, y en consecuencia, para el resto.
En definitiva, las personas siguen a los guías. No al que mejor conoce el funcionamiento de una brújula.
Por qué tener un nicho es un pésimo consejo
Hermoso y resonante Agus! Tantas veces en vez de conectarnos con nuestra intuición nos perdemos en la marea de sobre-información que nos circunda.