Todas las semanas y siempre que me toca correr fondos largos, suelo hacerlo en compañía de algún podcast.
Me encanta escuchar podcasts porque siento que alguien me acompaña, sobretodo durante esos entrenamientos en donde estoy más de una hora corriendo en soledad.
Por pura casualidad (o no), el domingo pasado mientras corría escuché una entrevista que me movilizó muchas cosas.
El invitado era un maestro espiritual. Escucharlo me ayudó a reconectar con muchas ideas que hacía tiempo no me acompañaban.
Durante la conversación abordaron varios temas, pero hubo dos momentos que más llamaron mi atención.
La primera tiene que ver con los pensamientos.
Mucho se habla de la cantidad de pensamientos que tenemos todos los días. Pocos mencionan lo mucho que nos afecta en la forma en la que pensamos.
Todos los días tenemos entre 60.000 y 70.000 pensamientos de los cuales más del 90% pertenecen a los mismos pensamientos que tuvimos el día anterior y los anteriores.
Nuestros pensamientos moldean las decisiones que tomamos y las decisiones que tomamos los resultados que obtendremos.
Si más del 90% de lo que pensamos proviene de todo aquello que venimos recolectando del pasado, ¿cuánto espacio le estamos dando a esa nueva realidad que deseamos?
Es importante hacerse esta pregunta porque todos esos pensamientos configuran nuestro sistema de creencias y sobretodo la historia que nos contamos a nosotros mismos.
Para el ego lo conocido es seguro y lo nuevo es peligroso. Por eso nos resulta tan cómoda la quietud y tan difícil darse el permiso de probar algo diferente.
Pero sin movimiento no hay cambio y sin cambio no hay progreso. Por eso es tan necesario permanecer en contacto con nuevas ideas y hacer del aprendizaje un estilo de vida. Porque esas nuevas ideas comenzaran a moldear tus nuevos pensamientos y esos pensamientos te llevarán a tomar nuevas decisiones que traerán mejores resultados.
Pero no solo se trata de las nuevas ideas que traes a tu cabeza sino también de aquellas que hoy tienes y no te ayudan en nada.
¿Qué lugar ocupan en tu vida los contenidos violentos, las noticias negativas, las personas pesimistas?
Muchas veces damos por sentado cosas que no nos hacen bien por el hecho de estar acostumbrados a ellas. Nos atamos a una identidad que ya sabe cómo navegar sobre un mar que al final no nos hace bien.
Para comenzar a cambiar esto podrías probar lo siguiente:
Divide una hoja de papel en dos columnas
En la primera columna anota los contenidos que consumes y que no te hacen bien. Por ej: una red social, alguna cuenta, las noticias.
En la segunda anota las personas que frecuentas y religiosamente te drenan la energía.
Elimina de tu día todo lo que hayas anotado de la primera columna o trabaja para reducir significativamente su consumo.
De la segunda columna, considera si puedes dejar de frecuentar esa persona. De no ser posible, evalúa la posibilidad de tener una conversación con ella para tener una dinámica diferente y más sana para vos.
Pero lo segundo que más me impacto de la entrevista tiene que ver con el corazón.
Porque resulta que la ciencia descubrió que el corazón, al igual que el cerebro, tiene neuronas.
Y no tiene 1.000 o 10.000 neuronas. Tiene 40.000 y se llaman neuritas.
Y esas neuritas hacen que el corazón no solo sienta, sino que también piense.
Por eso la magia sucede cuando el corazón y el cerebro trabajan como uno. Cuando el corazón señala el dónde y el cerebro dicta el cómo.
Nos dicen todo el tiempo que sigamos a nuestra intuición y nuestra mente escéptica quiere pensar que eso no funciona.
Cuando en realidad, la verdadera coherencia sucede cuando la mente y el corazón están en armonía.
A esta altura comprenderás que no solo se trata de cultivar mejores creencias, sino también de recuperar la voz de nuestro corazón y darle el protagonismo que se merece.
Tampoco se trata de escuchar a una, sino a ambas.
Entender el espacio que ocupa cada una en la toma de decisiones es fundamental para tomar mejores decisiones.
Porque la vida me enseñó que cuando se trata de dirección, el corazón está a kilómetros de distancia de la mente. Pero que cuando las piernas apuntan al horizonte, la cabeza es la que me ayuda a llegar mejor a destino.
Eso es coherencia. Ese es el camino de tu éxito.
Abrazo virtual,
A
Un episodio del podcast
Una cita para reflexionar
“Si callas la verdad y la entierras bajo tierra, sólo crecerá y reunirá tal poder explosivo que el día que estalle, volará todo a su paso.” – Emile Zola